Por: Sandra Dueñes Monárrez.
Conforme el avance de la tecnología militar continue sin regular, esta podría convertirse en uno de los riesgos más letales en México, principalmente en el “Triangulo Dorado” localizado en los límites de Chihuahua, Durango y Sinaloa, así como los estados que se encuentran en pugna entre los integrantes del crimen organizado.
Hablar sobre este tema podría resultar un tanto fantasioso, sin duda, pero solo basta recordar en el 2018 los hechos narrados por Hipolito Mora quien aseguró que en los enfrentamientos suscitados en la frontera de Michoacán y Jalisco grupos del crimen organizado habían utilizado drones ó aeronaves no tripuladas para poder atacar con bombas tanto a sus grupos rivales como a elementos de la milicia.
Hipolito Mora narró como los grupos de las autodefensas fueron testigos que aeronaves no tripuladas arrojaban granadas sobre objetivos ya fueran casas hasta vehículos teniendo una gran ventaja.
No fue hasta el 2020 que, el Gobierno de México que reconoció que dichos ataques fueron realizados por drones explosivos, pues precisamente en ese año que elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Secretaría de la Marina (Semar) sostuvieron un enfrentamiento aereo de esa magnitud.
Posteriormente, tres años después esta tecnología bélica pasó de ser mera fantasía a convertirse en una dura realidad en donde este tipo de armamento se ha convertido en una herramienta común tanto en manos de grupos del crimen organizado como de las autoridades, esto ante el temor y la alerta que debería reflejarse en nuevas estrategias y cambios legislativos en la regulación de la tecnología bélica que pudiera convertirse en un mecanismo de muerte y sometimiento en las manos equivocadas.
Es decir, las innovaciones tecnológicas al servicio de la guerra, la próxima generación de armamento militar que los carteles podrán tener en sus manos, la CIA en los Estados Unidos, así como la Secretaría de la Defensa tanto en México como en el vecino país del norte en conjunto con la DEA y las autoridades mexicanas deberán no solo de entender, comprender, sino atender esta revolución que, sin duda podría poner de rodillas a las autoridades de ambos países en la lucha contra las drogas, el tráfico de armas y personas, actividades muy redituables de los grupos del crimen organizado.
De acuerdo con un análisis de la Universidad de Columbia, el panorama es aterrador, firmas privadas de seguridad afirman que los artefactos explosivos entrarán en deshuso en los próximos años, esto frente a los misiles no tripulados que en vez de utilizar un control remoto para poder localizar un objetivo, habrá misiles baratos y fáciles de usar que podrían despegar en un municipio y explotar en otro con asombrosa letalidad.
Esa nueva tecnología ofrecera mucho más ventaja sobre los drones que en estos momentos utiliza el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) por ejemplo podrían volar en cualquier condición metereológia y con reconocimiento facial para impactar contra el objetivo deseado, mitigando con ello los daños colaterales de la intervención.
Esto no solamente asegura la liquidación del enemigo, esto puede ser desde rivales hasta periodistas y jueces, bajo este esquema los cárteles buscarán mitigar los daños a inocentes, no solo por un tema de interés particular, sino para evitar “calentar” la plaza, como muchas veces ocurre en ataques perpetrados por estos grupos criminales, en donde no solamente liquidan a su objetivo, sino junto con este a decenas de personas a su alrededor.
Otro de las herramientas tecnológicas que se encuentran en estos momentos siendo utilizados por países desarrollados y que podrían caer en manos de estos grupos del crimen organizado son las armas que no utilizan municiones, sino tecnología laser, además de que eventualmente será mucho más barato usar laser que balas, esta tecnología promete causar más daño por su mecanismo de generación de calor que podría quemar y atravesar vehículos, su uso se pudo ver en Sinaloa.
Para el 2025 se espera que el mercado de armas, particularmente el uso de robots militares alcance aproximadamente los 4 mil 22 billones de dólares en el mundo esto a través de la implementación de perros robots, quienes tienen la capacidad de poder transitar por espacios minados, vigilar 24 horas sin dormir con la capacidad de una visión de más de 360 grados, además de la capacidad de diseñar estrategias de ataque, transitar por terrenos agrestes como la Sierra Tarahumara y la región del Triangulo Dorado, además de permanecer sin comer y con una carga electrica envidiable que les permitiría incluso estar bajo el agua en alerta de cualquier ataque.
Otro de los mecanismos tecnológicos que pondrían en jaque a las autoridades mexicanas en su lucha contra el crimen organizado, son la utilización de impresoras de 3D para la impresión de armas y arsenal de alto poder, las cuales podrías ser diseñadas con una mejor capacidad y alcance en objetivos blindados, así que en el 2030 nadie diga que las armas cayeron desde el cielo, sino que fueron ganando terreno ante la ausencia de una legislación que pudiera frenar que herramientas como estas caigan en las manos equivocadas.