Vivir en Las Cruces

¡Todos necesitamos un Ted en la vida! 

Por: La Redacción.

Ciudad de México., a 18 de febrero del 2024.- Al igual que el meme de Goku despertando a mitad de la noche pensando en su cartulina, es una duda que muchos fans de la comedia políticamente incorrecta y ácida de Seth McFarlane se han preguntado desde que la primera película estrenó hace dos años con Mark Wahlberg como protagonista.

Pues anoche, durante el estreno del primer capítulo de Ted, la serie, precuela en Universal+, que narra los orígenes de la amistad entre John y el pequeño malnacido, se reveló el secreto y muchos más que el creador se había negado a compartir.

A lo largo del episodio, también descubrimos que Ted empezó a hacer chistes de judíos, italianos y raciales desde que era un adolescente yendo a la secundaria.

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Así que Excélsior le preguntó a Max Burkholder, el protagonista e intérprete de John Bennett (Wahlberg, en los filmes), cómo es que ellos dos, con ayuda de McFarlane, pudieron darse el lujo de aventarse chismes tan ácidos cuando corren tiempos donde la cultura de la cancelación por lo inapropiado está bastante latente en redes sociales.

Lo bueno de Seth es que sabe navegar en cuestión de cruzar los límites en cosas que a la gente le puede causar ruido, porque entiende que se puede permitir el humor cruel siempre y cuando sea divertido (y no hiera a nadie).

Es decir, Seth no se permite el apuntar a alguien, sino a señalar al ‘idiota que cree cosas terribles’. Por eso funciona para Ted y Padre de familia. Jamás cuestionamos los ideales de la gente, sino que apuntamos a su actuar”, explicó el joven actor vía Zoom.

Por ejemplo, en el primer episodio, Matty Bennett (Scott Grimer), padre de John, suelta una broma que pareciera racial: piensa que antes los italianos solían ser blancos y de la nada ya no lo son.

También Blaire (Giorgia Whigham), prima de John, solía rapar a su Barbie negra para ver si se veían bonitas y si así lo creía, las blancas sufrían el mismo cambio de look en su cabello.

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A propósito de todo esto, McFarlane decidió recortar las bromas homofóbicas de Padre de familia en 2019, porque ya no eran aceptables. O sea que el trabajo humorístico sí ha tenido cálculos casi milimétricos.

Como sea, Ted se permite conservar la naturaleza sarcástica y da una lección bastante importante a los chicos… o puede que no sea así.

Definitivamente, todos necesitamos un Ted en la vida”, opinó Max, “porque te enseñan a sobrevivir. Mi mejor amigo, Jackson, quien tiene una banda llamada The Telescreens, me lo confirmó. Haciendo la temporada, tuvimos un descanso de dos semanas y yo me fui a Nueva York. Y no me pregunten por qué, pero él me animó a saltar al agua desde acantilados.

Y yo decía, ‘¡Sí, vamos, ¿qué es lo peor que podría pasar?!’. Y salté desde 16 metros de altura. Casi me rompo los hombros, tuve una contusión cerebral y un latigazo cervical. Después volví las dos semanas restantes para completar la filmación del resto de episodios sintiendo los dolores más terribles en mi vida”, relató.

Pensándolo bien, tener un Ted en la vida es algo peligroso, ¿no? Pero la vida es un riesgo, carnal. El actor de 26 años tuvo la fortuna (o infortunio) y también narró que trabajar con el osezno fue algo raro psicológicamente, pero afortunado para su cuerpo.

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Porque cuando tenía que actuar junto a él, Ted no estaba ahí. O sea, no había ni siquiera un robot que me golpeara las pelotas con una rama, sino que era un espacio vacío. Eso, guau, sí fue bastante volado. Después de un rato de imaginar que un pequeño oso está frente a ti, realmente empiezas a verlo”, explicó.

Y pese a que sí había peluches de Ted en algunas escenas, él no tuvo la oportunidad de llevarse uno. Sin embargo, en casa de sus papás en Los Ángeles reside uno. Lo máximo que obtuvo fue el regalo de una fan: un suéter tejido con un dispositivo en el centro que emite la grabación original del osito: “¡Te amo!”. Y hubiera deseado portarlo para esta charla, pero lo olvidó.

Max no pudo confirmar si la segunda temporada de la serie ha sido aprobada, sin embargo, las críticas de los fans han sido totalmente positivas debido a que McFarlane preservó la naturaleza sombría de sus personajes y sin la ayuda de Wahlberg, quien, por cierto, no fue requerido por Max por una gran razón.

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