Por: La Redacción.
Ciudad de México., a 11 de febrero del 2024.- Acapulco, uno de los destinos turísticos más importantes de México, comienza a recuperarse del devastador paso del huracán Otis, pero hay otro fenómeno que lo azota y lo sumerge en una desesperante situación: el crimen organizado. Recién abrieron algunos negocios y las extorsiones no se hicieron esperar.
Mientras autoridades y pobladores luchan por volver a hacer brillar el puerto, los criminales “castigan” a quienes no cumplen sus demandas, como ocurrió con el restaurante club de playa “Kalei”, el cual fue incendiado por no pagar la cuota impuesta.
En redes sociales circuló un video captado desde lo que parece ser un hotel, al fondo se ve un incendio y un camión de bomberos, los elementos luchan por sofocar el fuego. La información que se dio después fue brutal, pues no se trató de un siniestro accidental, sino provocado.
El sitio arde, las llamas se levantan resistiéndose a ser apagadas por el agua que se les arroja, una columna naranja se alza mostrando el drama que se vive, materializando lo que sucede desde hace años en el puerto.
De acuerdo con Fuerza Informativa Azteca, un grupo de individuos arribó la madrugada del viernes al sitio y le prendió fuego a las palapas del restaurante, lo que generó no solo la pérdida del lugar, también la indignación de la población y los internautas debido a la tragedia que azotó a Acapulco hace unos meses.
Pero la quema del restaurante no fue el único hecho violento y trágico, ya que un hombre fue hallado asesinado, el cuerpo tenía claras huellas de tortura, pues estaba atado de pies y manos, además de que la cabeza estaba tapada con una tela negra y estaba semi envuelto con una sábana.
Información extraoficial indica que la víctima mortal sería el gerente del restaurante incendiado por el crimen organizado, algo que prendió aún más las alarmas, pues elementos militares vigilan el lugar desde el paso de Otis y ni así disminuye el crimen.
A principios de 2024 el diario Milenio publicó un reportaje sobre las extorsiones en Acapulco, las cuales datan de muchos años atrás, pero se recrudecieron tras el paso del huracán Otis.
Los pequeños y medianos comerciantes perdieron todo, para recuperarlo tuvieron que pedir créditos, la difícil situación se complicó porque el crimen organizado llegó con exigencias, sin importar la tambaleante economía del lugar y sus habitantes.
El miedo hace que la mayoría no denuncie, aunque lo que se vive en el puerto es conocido por todas las autoridades, las cuales hacen poco o nada por solucionar la situación, según revelaron los afectados.
Algunos aseguran que la Guardia Nacional si ha logrado ahuyentar a los criminales (no en todos los casos), por lo que han inventado que los elementos acosan a las bañistas.
En ese mismo reportaje, los afectados revelaron las cuotas que se les exigen, si bien varía según el negocio, a los pequeños se les piden alrededor de 5,000 pesos semanales, “pero puedes negociar, les ofreces algo y si no lo aceptan lo mejor es cerrar”.
Cerrar no es la opción que los comerciantes quieren, pero saben que si no pagan los matan, y en algunas ocasiones los criminales son tan crueles que asesinan a un familiar para causarles más dolor.